Un accidente en que el carro de camión forestal que trasportaba rollizos impactó de frente al bus que hacia su recorrido de regreso con jóvenes trabajadores que prestaban servicios en Laja.
En la comunidad mapuche Ignacio Levio Mariqueo, se llevó a efecto una velatón en memoria de los jóvenes mapuches que perdieron trágicamente la vida la noche del 21 de julio del 2011, a raíz de un accidente en que el carro de un camión forestal que trasportaba rollizos impactó de frente con el bus de la empresa Rudel, el que hacia su recorrido de regreso con los jóvenes trabajadores que prestaban sus servicios en la vecina ciudad de Laja.
Los integrantes de las comunidades Ignacio Levio Mariqueo, Lolcura, vecinos de la Villa Mininco, amigos y familiares se reunieron a orilla de la Ruta 22 y allí recordaron a los jóvenes caídos en esta carretera, que a la fecha ya suma una decena de muertos debido a los camiones que circulan generalmente a exceso de velocidad.
Los presentes manifestaron su esperanza que las empresas que ejecutan sus labores en el complejo industrial abran también sus puertas a la zona rural, pues a la fecha son muy pocos los trabajadores que tiene su oportunidad de trabajar en ellas, y así las personas no deban salir a laborar a otras ciudades como Laja, Nacimiento e incluso a la zona central como temporeros o simplemente irse al norte del país.
Cuatro personas
La salida forzosa de la juventud, que emigra en busca de oportunidades, trae consigo riesgos de este tipo, que en este caso truncó la vida de tres trabajadores: Juan Gabriel Cabezas Manríquez, Jorge Patricio Ortiz y el conductor del bus, Renato Baeza Ravanal, dejando a tres familias mutiladas en sus esperanzas y a dos de ellas que recién iniciaban sus vidas familiares.
En esta actividad estuvo presente el único sobreviviente de la tragedia, Alfredo Cabezas Moreno, quien recordó que por cosas del destino, esa tarde, a última hora, otros tres jóvenes trabajadores fueron destinados desde Laja hacia la planta de Arauco, por ello no venían en el bus y también estuvieron en la velatón recordando a sus compañeros ya idos.
Aquí también participó el dirigente mapuche de Collipulli, Dionisio Prado Huaiquil, quien destacó la presencia de las dos jóvenes viudas junto a sus pequeños hijos. “Los pequeños saben que en este lugar sus padres ascendieron al Wenu Mapu (la tierra de arriba), para transformarse en el Nehuen (fuerza) que los ayudará en su diario andar por la tierra. Ellos seguirán sus pasos, danzarán el Choike (danza Mapuche) cuando corresponda, estarán en el Palín, para seguir con la cultura, allí estarán”.
Mártires del trabajo
De esta forma las comunidades rindieron un sentido homenaje a estos mártires del trabajo, que un día salieron en busca del sustento, pero en plena juventud se toparon con la muerte y no pudieron volver más.
Cabe destacar que toda la ceremonia se realizó a orilla de la ruta 22, en absoluto orden y respeto por los demás.