Durante dos días, más de 80 emprendedoras indígenas provenientes de todo el país y representando a nueve pueblos originarios, expusieron sus productos de artesanía tradicional.
En el concurrido Paseo Bulnes, frente al Palacio La Moneda, permaneció abierta durante dos días la Primera Feria de la Mujer Indígena, que ofreció diversos productos hechos por microempresarias provenientes de pueblos originarios de todo el país, la que fue inaugurada por la ministra del Sernam, Carolina Schmidt; el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín y el director nacional de Conadi, Jorge Retamal.
La ministra Schmidt destacó que esta actividad se realizó en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena y que “estas mujeres son depositarias de las culturas ancestrales y la historia que han sabido mantener traspasando conocimientos de generación en generación, logrando de esta forma preservar hasta nuestros días la tremenda herencia cultural de nuestros pueblos originarios”.
Por su parte el ministro Lavín aseguró que “necesitamos hacer de Chile un país multicultural. Aquí estuvieron presentes todos los pueblos originarios del país porque queremos que la riqueza de nuestros pueblos originarios sea parte reconocida de lo que es Chile. Así seremos un país amplio, inclusivo y más rico culturalmente”.
Propiciar el emprendimiento
En tanto, el director nacional de Conadi, Jorge Retamal, señaló que “para Conadi, es de máxima prioridad propiciar el emprendimiento de las mujeres indígenas, quienes concentran más del 55 por ciento de nuestros beneficiados a nivel nacional en planes de negocios”, destacando que la mayoría de ellas son jefas de hogar y lideran el desarrollo de sus comunidades. “Durante este Gobierno hemos creado 2 mil 171 emprendimientos femeninos con una inversión de casi 2 mil millones de pesos”, agregó Retamal.
En representación de las expositoras, Marisol Coñuequir Panguilef, emprendedora mapuche de Curarrehue, dedicada a la fabricación de productos cosméticos naturales, señaló que “esta feria fue una buena instancia para compartir conocimientos y ver cómo trabajan las mujeres indígenas de otras partes del país, y además fue una prueba de fuego para la comercialización de nuestros productos, aquí en el corazón de Chile, frente al Palacio la Moneda”.