Las viviendas especialmente adaptadas a las extremas condiciones meteorológicas de la zona con aislamiento y termopanel, fueron visitadas por el director nacional de la entidad, quien recibió el agradecimiento de los beneficiados.
Frente a los crudos inviernos que cada año azotan la cordillera de La Araucanía -conocidos como “terremoto blanco”- y en la urgencia de contar con una vivienda digna para las familias indígenas más desposeídas de la comuna de Lonquimay, Conadi lideró la iniciativa para la construcción de viviendas modulares prefabricadas y mejoramiento del aislamiento de las viviendas ya existentes.
Y es que estas familias, al no contar con los recursos suficientes, poseían viviendas en muy mal estado, cuyas paredes filtraban el viento y la humedad, techos por lo que entraba la lluvia e incluso la nieve, donde los niños vivían y jugaban al interior de la casa tan abrigados como si estuvieran en el exterior, sin mayor protección ante la meteorología y sin calor de hogar.
Para concretar esta ayuda, en abril de este año Conadi firmó un convenio con la Municipalidad de Lonquimay, en el cual se aportó 100 millones de pesos que fueron en directo beneficio de parte las familias indígenas catastradas con precariedad habitacional, distribuidas en 28 viviendas modulares y 26 mejoramientos térmicos.
Cambio de vida
Para constatar en terreno la implementación de este beneficio, el director nacional de la Conadi, Jorge Retamal, llegó hasta Lonquimay, donde fue recibido por el alcalde Guido Barría y familias que le relataron el cambio de vida que significó este aporte.
“Muchas comunidades indígenas aún viven en condiciones de pobreza y una de las demandas más recurrentes es por la vivienda. En Lonquimay conocimos casas en que se filtraba el viento, con temperaturas bajo cero y que por años estuvieron en esa condición. Hoy, gracias a este esfuerzo del Gobierno del Presidente Piñera, las familias van a dormir tranquilas, con calor de hogar, y así seguir mejorando la calidad de vida de estas familias pehuenches que tanto se lo merecen”, señaló Retamal.
“Este es un tremendo cambio. No hay palabras para describir la gestión que hicieron en nuestra comuna, con el apoyo de la Conadi, y sólo podemos agradecer que se acordaron de la gente más vulnerable”, dijo María Elizabeth Vielma.
“Estamos felices. Este un gran cambio. Ahora la casa está temperadita y es especialmente bueno para los niños, porque ahora ya no se van a resfriar tan fácilmente”, dijo Hugo Meliñir, de la comunidad de Quinquén.
Características de las viviendas
“Estas personas no tenían ninguna opción y recurrimos a la Conadi donde obtuvimos una muy buena respuesta, y ahora esperamos que esta ayuda pueda seguir adelante porque se ha transformado en una alternativa de vivienda muy importante”, explicó Guido Barría, alcalde de la comuna de Lonquimay.
La vivienda modular consta de tres habitaciones, dos de ellas destinadas para dormitorio y una para la cocina, diseñada de tal manera que en cada dormitorio quepan al menos dos camas de una plaza. Además, se consideró una construcción adecuada para las condiciones climáticas de la zona, teniendo como principales características un techo con 30 por ciento de inclinación para impedir acumulación de nieve; ventanas de PVC termopanel (doble vidrio), tabique perimetral de cinco pulgadas de espesor, madera estructural impregnada, aislación térmica, instalación eléctrica interior y apoyos de hormigón de 50 centímetros de altura.
En tanto, la mejora en el aislamiento térmico se aplicó en viviendas con problemas de aislación y revestimientos, pero sin problemas estructurales. Aquí se aplicó aislación térmica de poliestireno expandido, durafoil y fisiterm, además de incorporar revestimientos interiores y exteriores, como así también recambio de cubiertas según el caso.
Por Luis Fuentes