Mario Sepúlveda apuntó contra esta “cagá de justicia” y dijo creer que Kemeny y Bohn “deben estar celebrando”. Jorge Galleguillos se declaró “choreado” y José Ojeda está “decepcionado”.
Rabia, impotencia, lágrimas. Molestia declarada señalaron en sus primeras reacciones algunos de los 33 mineros rescatados desde la Mina San José, ante la decisión de la Fiscalía de cerrar sin culpables la investigación por el derrumbe que los dejó 69 días atrapados entre agosto y octubre de 2010.
Uno de los más enfáticos fue Mario Sepúlveda, el más efusivo de los mineros, quien consideró que su esperanza “era que se hiciera justicia y que se metiera presos a los responsables de esto. Es para la risa. Lo más que siento que (Marcelo) Kemmeny y Alejandro Bohn deben estar celebrando a esta hora”.
“Siento frustración, pena, en la mañana me puse a llorar. Las cosas así como están es hora de empezar a decir verdades: psiquiátricamente y psicológicamente no nos trataron bien. La mayoría de nosotros está muy mal en términos emocionales y donde uno anda está poniendo la cara ‘Chile es lindo, Chile es maravilloso, la justicia en Chile es extraordinaria’. Y mira lo que pasa”, agregó citado por Radio Cooperativa.
Cagá de justicia
El electricista en su gestión en la mina al momento del derrumbe, en declaraciones a SoyChile.cl, enfatizó su desconsuelo. “Por respeto a mis compañeros no me quemo a lo bonzo frente a La Moneda (…) Qué más podemos esperar de esta cagá de justicia. Pero esto no se va a quedar así”.
Un tono similar utilizó Jorge Galleguillos, maestro ayudante de la mina. “Yo estoy choreado y ahora voy a estar más choreado porque los empresarios van estar libres, tranquilamente, sin causa y nosotros como quedamos”, dijo a TVN.
La sorpresa también alcanzó a José Ojeda, que se desempeñaba como perforador en el yacimiento del interior de Copiapó. “Igual decepcionado de la justicia. Esto fue como una investigación a puertas cerradas”.
Por nuestro medio asociado Nación.cl