
Con las elecciones parlamentarias de noviembre de este año en el Distrito 23, el Mercado ha resucitado como «preocupación» prioritaria.
Hace exactamente nueve años y medio, el 20 de abril de 2016, un incendio devastador consumió el Mercado Municipal de Temuco, un ícono de la identidad mapuche y comercial de La Araucanía. Lo que siguió no fue solo la destrucción de un edificio, sino la de cientos de sueños: más de 600 trabajadores perdieron sus fuentes de ingreso, familias enteras se hundieron en la precariedad, y el corazón de la ciudad quedó herido de muerte.
Inaugurado en 1930 y catalogado como Inmueble de Conservación Histórica, este espacio de 140 locatarios, artesanos y restaurantes –famoso por sus churrascos, empanadas y artesanías– representaba la esencia cultural de Temuco.
Hoy, casi una década después, su reconstrucción sigue estancada en un limbo de burocracia, sobrecostos y, sobre todo, promesas políticas que se encienden solo en época de elecciones.
El incendio, una tragedia sin justicia
El fuego, visible desde cualquier rincón de Temuco, se originó alrededor de las 21:30 horas por una probable fuga de gas durante la instalación defectuosa de un calefón en los locales 24-25, agravada por fallos eléctricos en la estructura centenaria.
Bomberos tardó horas en controlarlo, dejando pérdidas por miles de millones de pesos. La investigación de la Fiscalía de Temuco apuntó a negligencia de un gásfiter, pero no hubo dolo probado ni condenas penales firmes. Un tribunal civil reconoció responsabilidad parcial, pero rechazó indemnizaciones plenas, dejando a los afectados con un «mal trabajo sin castigo», como lo describió el fiscal Alberto Chiffelle.
Para locatarios como Berta Pérez, una histórica vendedora, fue el fin de un legado familiar. Un abedul que milagrosamente sobrevivió en la fachada se convirtió en símbolo de resiliencia, rescatado en 2020, pero el edificio mismo languidece cubierto de maleza, con alertas de Contraloría por deterioro estructural en septiembre de 2025.
La reconstrucción, un calvario de retrasos e ineficiencia
Prometida en el mismo sitio con un plazo inicial de tres años, la obra se ha convertido en un monumento a la incapacidad administrativa. Pasaron cuatro años en trámites: en 2018, el Gobierno de Sebastián Piñera aportó 6 mil millones de pesos, sumados a 5 mil millones del Gobierno Regional y 6 mil millones de la Municipalidad, totalizando nada menos que 17 mil millones de pesos.
El diseño moderno –13 mil metros cuadrados en tres niveles, con énfasis en madera araucana, sostenibilidad y 132 locales (incluyendo gastronomía en el superior)– arrancó formalmente el 6 de enero de 2020, pero la pandemia paralizó faenas por cuatro meses y alzas de materiales (20-30 por ciento) inflaron costos a más de 20 mil millones de pesos, con inyecciones extras como 2 mil 700 millones de Subdere en 2022 y 2 mil 500 millones anunciados por el ministro Giorgio Jackson en 2025.
Hoy, el avance es nulo y nadie confía. Paralizaciones por quiebras de constructoras (como Andes en 2023), hallazgos arqueológicos y licitaciones fallidas (la última en febrero de 2025) han estirado el sufrimiento.
El circo electoral: promesas que huelen a campaña
Con las elecciones parlamentarias de noviembre de este año en el Distrito 23, el Mercado ha resucitado como «preocupación» prioritaria.
El 24 de octubre, El alcalde Roberto Neira armó una «bancada transversal» con senadores Francisco Huenchumilla (DC), Jaime Quintana (PPD), diputados Miguel Becker (RN), Henry Leal (independiente), Miguel Mellado (RN), Stephan Schubert (REP), y concejales como Micaela Becker y Mario Jorquera.
Posaron con locatarios como Ricardo Fierro, jurando presionar el presupuesto 2026 por 2 mil 500 millones de pesos extra del Ejecutivo. Leal amenazó: «Si no hay plata para el Mercado, no hay votos para el presupuesto nacional». Becker, exalcalde responsable de los primeros retrasos, clama «agilicen los procesos».
Pero, ¿dónde estaban en 2023, cuando el avance era solo 26 por ciento y la constructora paralizó por falta de fondos?
Candidatos como José Montalva postean en X: «unión sin cálculos electorales», mientras la senadora Carmen Gloria Aravena se suma a solicitudes de fondos. En redes, la frustración hierve: usuarios como @AlietteEscalona llaman «chantas» a la derecha, y @AyalasDelicia pregunta por qué priorizan gimnasios sobre el Mercado. Es el clásico chileno: en época «normal», silencio; en campaña, el Mercado como «sueño ciudadano» para pescar votos. Encuestas muestran que el 70 por ciento de temuquenses lo prioriza, pero a las finales, las urnas perdonan la inacción.