
“Nos preguntamos: ¿Cuántas muertes más necesita Codelco para actuar con responsabilidad? ¿Cuántas familias más deben ser destruidas antes de que el Estado intervenga de forma efectiva? ¿Hasta cuándo nuestras vidas seguirán siendo el precio del cobre que otros disfrutan?”.
Obreros contratistas anónimos de la División El Teniente de Codelco publicaron una Declaración Pública en respuesta al trágico derrumbe ocurrido este 31 de julio en el Proyecto Andesita, que dejó un trabajador fallecido, cinco presuntamente muertos y nueve heridos.
En el comunicado, los trabajadores denuncian una “negligencia criminal” por parte de la administración de Codelco y sus empresas contratistas, acusándolas de priorizar la producción sobre la seguridad y de mantener condiciones laborales precarias.
Los obreros exigen una investigación independiente, la suspensión inmediata de faenas en áreas de riesgo, mejoras urgentes en los protocolos de seguridad, el fin de las represalias contra quienes denuncien irregularidades y un rol más activo de los sindicatos en la defensa de los derechos laborales.
La declaración, ampliamente difundida en redes sociales y respaldada por organizaciones como la Fundación Sol, pone en el centro el debate sobre la seguridad y las condiciones de trabajo en la minería chilena.
Compartimos la Declaración Pública de los obreros contratistas anónimos de la División El Teniente de Codelco. "Esta tragedia no es un hecho aislado, ni una casualidad. Es la consecuencia directa de condiciones laborales que venimos denunciando hace años, sin ser escuchados. Se… pic.twitter.com/Jk1XAFne6p
— Fundación SOL (@lafundacionsol) August 1, 2025
”Esta tragedia no es un hecho aislado, ni una casualidad. Es la consecuencia directa de condiciones laborales que venimos denunciando hace años, sin ser escuchados. Se privilegia la producción a toda costa, incluso cuando eso significa sacrificar vidas humanas”, denuncian.
Añaden que ”en cuanto a las condiciones generales de salud y seguridad, es conocido y documentado el riesgo permanente al que estamos expuestos los trabajadores de la mina: la exposición continua al sílice y sus consecuencias irreversibles sobre nuestra salud pulmonar, las altas temperaturas en los frentes de trabajo, la insuficiente ventilación, los gases tóxicos emitidos por los explosivos, y el polvo y partículas en suspensión que quedan tras cada tronadura”.
”Nos preguntamos: ¿Cuántas muertes más necesita Codelco para actuar con responsabilidad? ¿Cuántas familias más deben ser destruidas antes de que el Estado intervenga de forma efectiva? ¿Hasta cuándo nuestras vidas seguirán siendo el precio del cobre que otros disfrutan?”.