Un reciente espectáculo en el Teatro Municipal de Temuco, organizado por la municipalidad para celebrar el Día del Niño, desató la furia de grupos conservadores debido a un baile considerado «inapropiado» para escolares.
La presentación, parte de un show de magia del «Mago Renato», incluyó a una bailarina cuyo vestuario y coreografía fueron calificados de subidos de tono por autoridades locales y apoderados. Aclaremos una cosa: los presentes al espectáculo han visto menos ropa, en las calles de Temuco en pleno verano, pero sí se escandalizan viendo a una mujer dándole pecho a su bebé.
La concejala Micaela Becker (RN) exigió explicaciones al municipio y la destitución del director del DAEM, argumentando que el evento traicionó su carácter familiar. La Corporación Cultural y el Teatro Municipal dijo reconocer el ”error”, prometiendo revisar con mayor rigor los contenidos de futuros eventos infantiles.
Este incidente no es aislado en Temuco, donde el conservadurismo parece ganar terreno. En marzo de este año, el comediante Juan Alcayaga, conocido como Don Carter, enfrentó la cancelación de su show «Extra – Ordinario» en el Aula Magna de la Universidad Católica de Temuco por orden del obispo Jorge Concha Cayuqueo. La decisión, que muchos tildaron de censura, se basó en el contenido subido de tono de su rutina, a pesar que estaba destinada a mayores de 18 años y que Alcayaga ya se había presentado exitosamente en el mismo recinto en octubre de 2024. El comediante criticó la hipocresía de quienes califican su humor de «grosero» mientras ignoran problemas mayores, como la corrupción.
Estos casos reflejan un Chile cada vez más conservador, en contraste con épocas pasadas. Hace poco más de una década, grupos como Axé Bahia recorrían escuelas con bailes sensuales y vestimentas reveladoras, cargados de connotación sexual, sin que ello generara controversias significativas. Sus presentaciones eran celebradas en eventos educativos y públicos, sin cuestionamientos morales. Hoy, en cambio, tanto un baile en un evento infantil como un show de comedia para adultos son objeto de escrutinio y censura, evidenciando un cambio cultural hacia posturas más rígidas. Este giro conservador en Temuco, respaldado por instituciones como la Iglesia y autoridades locales, plantea preguntas sobre los límites de la libertad artística y la tolerancia en un país que parece olvidar su pasado más tolerante.
Me declaro culpable de haber presenciado el baile artístico de una asistente de mago, con la mitad de ropa que la aludida, durante un espectáculo familiar circense en el sur de Chile, en 1986. 😟 Por favor, que alguien me indique a qué oficina debo ir para recibir mi merecido castigo, puesto que tenía sólo 8 años por entonces, y aún me faltaban 2 para ser adolescente según la O.M.S. 😞 De paso, también admitir que soy culpable de haber ido al cole con balerinas cuando hacía frío, porque en los ’80s todos los niños del sur usábamos balerinas, porque nadie nos decía que atentaba contra nuestra identidad de género. 😳 Lo que es peor: a veces me vestía con faldas y me maquillaba en «juegos de chicas» con un grupo de amigas con las que salía a patinar, para el desafortunado espanto de los sonrientes transeúntes. 💋 Eran los ’80s y estábamos en dictadura, pero no lo sabíamos. Yo solo salía a jugar. 🤔 Finalmente, declararme culpable de meter monedas de $1 dobladas en los flippers y arcades, en las galerías de vídeo, cuando me quedaba sin fichas. La culpa era del Pole Position, no del Pac-Man ni el Frogger, en esos era bueno. 😔 ¡Ah! Y una vez renté una peli para mayores de 18 años en el vídeoclub. Era evidente que yo no tenía 18 años, pero engrupí con besos a la chica que atendía y terminó dejándolo pasar. 😶
Está bien… lo admito: no fue una sola peli. Renté varias pelis para mayores siendo menor en los ’80s. 😎
Ya nada sorprende. La derecha patética y cavernícola que les da terror ver a una mujer realizando un show artístico, es la misma que intenta esconder los abusos sexuales del padre del presidente de la UDI, Eduardo Macaya. Esta derecha asquerosa, es la misma que esconde al otro de la UDI, Jovino Novoa, quien iba a abusar de menores en la casa de Spiniak. Siempre la derecha dando verguenza ajena.