Vecinos de Lonquimay recibieron casas adaptadas especialmente para la zona

Seremi Paz Serra y el director Serviu, Daniel Schmidt llegaron al sector rural de Galletué para fiscalizar las dos nuevas viviendas que se levantaron en este solitario y fronterizo lugar.

Hace 11 meses, Aladino Antine y Nancy Antine recibieron el subsidio de vivienda que entregó en forma directa el ministro Rodrigo Pérez, al enterarse de los dos dramáticos casos sociales que afectaban a estas familias del sector cordillerano de Lonquimay.

Hoy, a casi un año, nuevamente recibieron la visita de la seremi de Vivienda Paz Serra y del director del Serviu, Daniel Schmidt, además de su equipo de profesionales, esta vez para fiscalizar en terreno la construcción de sus viviendas que fueron levantadas en medio de la nada, justo al lado de sus antiguas mediaguas.

Fueron cerca de 4 horas de viaje desde Temuco hasta el sector rural de Galletué en la comuna Lonquimay, para llegar donde las familias favorecidas, quienes gracias al funcionario público Mauricio Alarcón, quien puso en alerta a las autoridades de este extremo caso social, hace un año lograron recibir el documento que acreditaba que eran beneficiarios de un subsidio y el cual hoy se ha transformado en una nueva casa, que les ha permitido dejar de lado el hacinamiento y el intenso frío que se deja sentir a diario con temperaturas bajo los cero grados.

 

Detalles

Para la seremi Paz Serra, esta situación no será fácil de olvidar debido a las precarias condiciones en que vivían estas familias. “En un año hemos logrado cambiar la vida de estas familias y eso nos enorgullece profundamente y nos da sentido al trabajo que hacemos. Además nos entrega mucho entusiasmo para seguir trabajando en ayudar a compatriotas que están en una situación similar”, dijo la seremi.

Por su parte el director del Serviu, Daniel Schmidt, manifestó estar muy contento de ver como estas familias han cambiado notablemente su condición de vida, gracias también al esfuerzo de las personas que llegaron hasta estos sectores a construir las viviendas. “Es muy difícil convencer a las empresas constructoras que lleguen hasta estos lugares a levantar un proyecto, pero en esta ocasión esto resultó de buena forma y sólo hemos visto pequeños detalles que los haremos llegar a la empresa para que los subsane a la brevedad, pero me voy tranquilo y contento”.

 

Las familias

Una vida muy dura le ha tocado vivir a Aladino Antine Canumir, luego de quedar viudo y a cargo de 11 hijos, el mayor de ellos de 21 años y el menor de solo un año 10 meses. Las condiciones de la familia son críticas, ya que tras el reciente fallecimiento de la esposa y madre, el jefe de hogar tuvo que vender los pocos animales de los que disponía y no se encuentra en condiciones para trabajar, ya que ha sido intervenido quirúrgicamente en dos oportunidades.

Debido al crecimiento del grupo familiar, la vivienda que ocupaban fue trasladada quedando en precarias condiciones, no reuniendo las condiciones mínimas de habitabilidad, por lo que urgía la entrega de una vivienda. “Estoy muy contento porque nos salió rápido nuestra casita, pero especialmente por los niños, ya que el año pasado tuvimos un bajón muy grande al ver en las condiciones que vivíamos. Ahora ya estamos más contentos y saliendo a flote nuevamente”, dijo Aladino.

 

Enfermedad renal

Por otro lado, la situación familiar de Víctor Hugo Inostroza y Nancy Beatriz Antine Millanao no es mejor. Su grupo familiar lo componen ellos, tres hijas y un hijo, cuyas edades fluctúan entre los 11 y 3 años. El hijo menor Víctor, posee una enfermedad renal, diagnosticada como riñones poli quísticos e hipertensión, lo que obliga a la familia a trasladarse cada tres meses al Hospital Regional de Temuco. Las condiciones de habitabilidad son extremadamente precarias. La familia habitaba una mediagua de autoconstrucción con capacidad real de ocupación de dos personas y la habitaban seis, además la calidad de la construcción no garantizaba las condiciones mínimas de habitabilidad, por lo que también se hacía necesaria una intervención. “Estoy muy contento con mi casita, el año pasado a las 06 de la mañana había que estar levantándose para hacer fuego y vestir a los niños, ahora salen vestiditos de su pieza. Ellos hasta sus notas han superado, se sienten orgullosos de su nueva casa. Estoy muy agradecido de todos quienes nos ayudaron”, dijo Víctor.

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